miércoles, 6 de enero de 2010

NAVIDAD (V y último)

¿Quién lleva los regalos? (continuación)


Reyes Magos


Introducción:


Es bien conocida la tradición cristiana por la cual los Reyes Magos acuden a Belén siguiendo la estrella para adorar al Niño Jesús recién nacido, ofreciéndole oro, incienso y mirra. En su viaje conocen al rey Herodes que intenta engañarlos para averiguar el paradero de Jesús, pero ellos advertidos en sueños se machan por otro camino.

El único evangelista que los menciona es Mateo. No dice que sean reyes ni su número, únicamente habla de unos sabios o magos que provienen de oriente, han visto levantarse la estrella y encuentran a Jesús y le entregan los tres presentes, después de revolucionar Jerusalén con su llegada y sus preguntas sobre el nuevo rey o mesías.



Sobre el título de “Mago”:


La palabra “Mago”, proviene del elamita (Ma-ku-ish-ti) que pasando por el persa (Ma-gu-u-sha) y por el acadio (Ma-gu-shu) llegó al griego como Μαγός (Magós, plural: μαγοι, magï) y de ahí al latín Magi (Cf. Magíster) de donde llegó al español. En griego la palabra significa “matemático, sabio, astrónomo o astrólogo”. Es decir, “hombre de ciencia”. Probablemente la palabra haga referencia a los miembros de la casta sacerdotal medo-persa de la época, quizá practicantes del zoroastrismo. Mucho más tarde el título de sabio o mago evolucionaría a rey.


El 6 de enero:


La festividad de la Epifanía, o manifestación del Señor, celebrada el 6 de enero desde la antigüedad, se fusionó con la adoración de los reyes magos, pues suponía la manifestación de Cristo a los no judíos, simbolizados en las figuras de los sabios. Actualmente los reyes han sustituido el nombre y un poco el sentido original de la festividad.


El número de magos, sus procedencias y sus nombres:


El hecho que entregaran tres presentes fue el detonante del número de personajes, la primera refencia de este número la da Origenes, un conocido escritor eclesiástico, en el siglo IV. En el siglo V, el Papa León I el Magno estableció oficialmente su número en 3 para toda la cristiandad. A mediados del siglo VI, en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia) se les asignaron los nombres de "Melchor", "Gaspar" y "Baltasar", que supuestamente equivalen en griego a "Appellicon", "Amerín" y "Damascón" y en hebreo a "Magalath", "Serakin" y "Galgalath". Se encuentran en una imagen: el friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes. Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer los tres nombres, de derecha a izquierda: Gaspar, Melchior, Balthassar...



De todas formas, en otras tradiciones, el número varía: según los armenios no son tres sino doce, y hay alguna que otro cuento moderno que habla del cuarto rey Mago, llamado Artabán, que llegó tarde a su destino porque había ido regalando los presentes del Niño Jesús por el camino a los necesitados.

Las procedencias tradicionales de los tres Reyes Magos simbolizan el mundo conocido en la Antigüedad: Europa, Asia y África. Por lo tanto, los tres Reyes simbolizan todos los pueblos del mundo que van a adorar al Niño.


El destino de los magos:


Existe una leyenda que habla sobre el destino de los magos: después de la resurrección de Jesús, el apóstol Tomás los halló en Saba. Allí fueron bautizados y consagrados obispos. Después fueron martirizados en el año 70 y depositados en el mismo sarcófago. Los restos fueron llevados a Constantinopla por Santa Elena. Posteriormente, Federico I Barbarroja, en el siglo XII, los trasladó a Colonia, donde hoy reposan con las coronas que supuestamente llevaron durante su existencia. Miles de peregrinos empezaron a llegar a Colonia, lo que propició que en 1248 se iniciara la construcción de la catedral de Colonia.


Veracidad histórica del relato evangélico


El origen de la narración del evangelista Mateo también tiene su miga. Al aparecer solamente en un evangelio, el relato de los reyes magos presenta un aire mítico.

No hay posibilidad de demostrar o refutar su existencia e historicidad, aunque hay algunos detalles interesantes sobre la redacción de dicho evangelio.

Hay fuentes que señalan que en los tiempos del evangelista se estaba produciendo en Israel una conversión al cristianismo de paganos, mientras que los propios judíos se resistían a seguir a Jesús y su legado. La incursión de estos fragmentos sobre los magos de Oriente en el evangelio de Mateo subraya este hecho y lo utiliza como argumento de conversión: si los de fuera vienen y lo adoran (se convierten) ¿Cómo no os dais cuenta los que lo tenéis entre vosotros?



Hay que tener en cuenta además qué significaba el Oriente para los judíos: Babilonia, pues hasta Damasco, se consideraba parte de la tierra de Israel. La figura que tratamos de presentar, podría corresponder a un título muy particular en arameo: מדנחאי Medinja’ey , o “Doctores Babilónicos de la tradición oral” que perduraría en escuela hasta entrado el siglo octavo D.C. en Babilonia y quienes conociendo la interpretación de lo dicho en Num 24:17 , habrían sido guiados por Dios hasta el Mesías, no según la famosa estrella como hasta ahora se ha entendido, sino que esa estrella era el mismo Mesías según el lenguaje judío y midráshico contemporáneo.


Si bien este último punto de vista parece desmitificar la historia, también hay razonamientos a favor de la historicidad en sentido estricto de la narración: el hecho que los otros evangelistas no los mencionen no significa nada porque:


a) Los Evangelios de Juan y Marcos empiezan el relato de la vida de Jesús a partir de su vida pública, ya de adulto. Además, Ireneo (130-204 dC), al que se debe el primer análisis profundo de la tradición juanística, ofrece pistas del conocimiento de Juan de la historia de los Magos, aunque éste no los incluyera en su Evangelio.

b) Lucas no explica nada debido a que ya está escrito, y se dedica a otros aspectos como la Anunciación, el Nacimiento, la circuncisión, etcétera.


La estrella:


Según los escritos, los sabios viajaron siguiendo una estrella, y esta se detuvo sobre el lugar en el que Jesús había nacido. A pesar que es imposible que un astro marque un lugar tan concreto como un pesebre, se han sugerido diversas explicaciones sobre este hecho, lo más probable es que el pasaje bíblico sea solo una metáfora referida a los supuestos hechos. Fuera lo que fuese, los Reyes Magos lo asociaron al Rey de los Judíos. De haber sido astrólogos griegos o romanos podrían haber asociado la estrella de Belén con Júpiter, el planeta rey, y Régulo, la estrella rey. O si venían de Babilonia, lo podrían haber asociado el planeta Saturno (Kaiwanu). En todo caso, bien podría tratarse de la estrella Sirio, a la que apuntan los "tres reyes" del cinturón de la constelación de Orión.



Se han hecho estudios astronómicos e históricos para buscar esa “estrella”: conjunciones de planetas, supernovas, etcétera, cada una con sus similitudes realidad-texto y también con sus lagunas.


Simbología de los presentes:


¿Por qué oro, incienso y mirra? Los tres presentes eran artículos valuosos en su tiempo. Además:


El oro: simboliza la realeza y el poder. Jesús es Rey de Reyes.


El incienso: es un perfume muy utilizado en Oriente, y símbolo de la adoración a Dios. Se utiliza a menudo en celebraciones religiosas. Jesús es Dios y sacerdote.


La mirra: es un bálsamo muy codiciado, en la antigüedad utilizado para la elaboración de perfumes, ungüentos, incienso y también para embalsamar muertos. Es de color rojizo, símbolo de la sangre, y por lo tanto de la vida humana. Jesús es un ser humano.


La tradición:


La celebración de la festividad, como se ha dicho, viene de antiguo. El texto teatral en lengua romance más antiguo de España conservado es precisamente una obra titulada El Auto de los Reyes Magos, del siglo XII. El texto conservado consta de 147 versos pareados que presentan a Gaspar, Melchor y Baltasar siguiendo la estrella que los conducirá hasta Belén y yendo a hablar con el rey Herodes. Este drama litúrgico se debía celebrar en la Catedral de Toledo -donde estaba el códice en que se ha conservado- con ocasión de la Navidad como un añadido al oficio litúrgico.


La costumbre de los regalos probablemente sea una fusión de tradiciones entre los presentes al Niño y otras celebraciones similares paganas de entrega de obsequios. Ya en el Imperio Romano existía esta costumbre. No he encontrado más información sobre las tradiciones antiguas relacionadas con la festividad de Reyes.



Actualmente la tradición manda que los niños manden una carta a los Reyes Magos pidiendo regalos y diciendo por qué se los merecen. Entonces Melchor, Gaspar y Baltasar llegan el día 5, en el que se da la Cabalgata de los Reyes en distintas ciudades, y los magos reciben a los niños y les dan caramelos. Tradicionalmente los reyes llegaban en camellos según la historia, pero actualmente pueden llegar en cualquier vehículo, incluso en helicóptero.

Luego por la noche llevan los regalos a todas las casas, donde a veces se dejan zapatos para tal uso, que los niños encontrarán el día 6 por la mañana. Si los niños se portan mal, los Reyes les llevarán carbón, antiguamente de verdad y actualmente un dulce con apariencia de carbón.


***********************************


Después de haber hablado sobre Papá Noel y los Reyes Magos, hay otros personajes que tienen la misión de entregar regalos por las fiestas. De todas formas, para personajes como la Befana, el carbonero Olentzero y demás, serán relatados en otra ocasión. Únicamente añadiré un último personaje curioso, básicamente por ser de mi tierra: el Tió.


Tió de Nadal


El Tió es una tradición navideña catalana, consistente en un tronco que “caga” regalos después de cantarle una canción y golpearlo con un bastón.



El procedimiento a seguir es el siguiente: a partir del día 8 de diciembre (la Purísima) se expone ya el tronco, a veces muy pequeño, y los niños le dan de comer periódicamente. El tronco va creciendo (se va sustituyendo por otros naturalmente) hasta Nochebuena. Entonces se tapa con una manta para que no pase frío, y con una barretina y una sonrisa dibujada está preparado para “cagar” los regalos. Los niños empiezan a golpearlo con un bastón y cantan la canción, de la cual hay diversas versiones.


Un ejemplo sería:


Caga, Tió - "caga, Tió"

Tió de Nadal - "Tió de Navidad"
no caguis arengades - "no cagues arenques"
que són salades -"que están salados"
caga torrons - "caga turrones"

que són més bons - "que están más buenos"


Luego se van a rezar a otro sitio mientras el tió prepara los regalos. Siempre regala cosas de poco valor, dulces, turrones, etcétera, porque los juguetes van para reyes.

El origen de la tradición es confuso. Probablemente guarde paralelismos con el árbol de Navidad (que también era lugar de regalos) y algún otro aspecto pagano, además del hecho simple de un tronco que da luz y calor en invierno. Sin embargo existe una leyenda que lo relaciona con la Virgen María, por la cual el tronco sería mágico por haber permitido descansar a la madre de Jesús en su viaje.


*********************


Y HASTA AQUÍ EL ESPECIAL, espero que haya sido de vuestro agrado.


¡Feliz Navidad y felices reyes!


********************


P.D. Para terminar, otro villancico :) El segundo vídeo es el mismo villancico, pero en la versión de Blackmore's Night, que me gusta más, aunque de imágenes del vídeo es mejor el primero.






2 comentarios:

Belegurth dijo...

Y yo pensaba que era todo una pareafernalia de un dia de sudor frio de alguien mientras miraba las estrellas.

Turista, —decidió Rincewind—, significaba 'idiota'.

Edu dijo...

XD bueno, no estoy seguro de haberte entendido del todo, pero supongo que empezó así, sí XD

Gran Rincewind y Dosflores... aunque a la Muerte no se le gana...

- OBVIAMENTE... ¿QUÉ TE CREÍAS?

xDDD