viernes, 4 de marzo de 2011

Telejoyas: Polseres Vermelles

Los espectadores estamos hartos de tanta telebasura en la televisión.

Para defender según qué programas ya no se aguanta ni el manido recurso de la "libertad de expresión", el "experimento social", el "mostramos la realidad tal cual es" o el "si no lo quieres ver, cambia de canal".


Hay programas vomitivos, que los mires por donde los mires son dañinos para el ser humano, peor que una droga adulterada. De estos programas la televisión en España tiene muchos, y en particular, Telecinco. No hace falta ser un gran crítico para llegar a la conclusión que esta cadena de televisión es una de las peores que existen. Y encima no se atreven a cancelar el GH cuando la mayor parte de los países europeos ya se ha cansado de ese programa. No señores de Telecinco, los espectadores no queremos ver eso, dejad de autoengañaros/engañarnos diciendo que la "gente lo mira". No es verdad. La gente no lo mira, la gente queda secuestrada, esclavizada porque la mierda engancha. Pero "enganchar morbosamente" no quiere decir "ver libremente". Simplemente la porquería atrae más porquería, y en particular la parte oscura y morbosa de cada persona.
Si esos programas no existieran, la gente estaría mejor y sería más feliz. Y habríamos dado un paso adelante en la cultura.

Bien.

Ahora que ya me he deshaogado, vamos a la parte positiva, esperanzadora del asunto. La otra cara de la moneda. No la telebasura, sino la telejoya. Porque sí, existe.

Inauguro otra serie de entradas, destinadas a destacar aquellos programas o series de televisión que brillan en la palestra con luz propia, que ayudan a mejorar el día a día de los espectadores, que los instruyen tanto intelectualmente como espiritual o éticamente, que dan motivos para reflexionar, que son un canto a la esperanza, que dan una oportunidad al ser humano en lugar de lo que hace la telebasura (que lo retrata como la peor de las immundicias y de paso el propio programa se convierte en un foco más de esparcimiento de porquería).

Las entradas que dediqué a tres series: Conan el niño del futuro, Babylon 5 y La leyenda de Aang podrían ser etiquetadas como telejoyas, y a partir de hoy así estarán.

Hoy voy a hablar de otra telejoya, una serie, en este caso catalana.
Se llama Polseres Vermelles (en español, Pulseras Rojas).

Polseres Vermelles


Polseres vermelles (Pulseras Rojas) es una serie catalana que empezó a emitirse el 24 de enero de 2011, hace pocas semanas. Desde el primer capítulo el éxito fue desbordante. Y no se trata de una serie policíaca, ni de culebrones (aunque alguna pincelada hay), ni de intriga, ni de fantasía. Es una serie médica. Pero tampoco es una serie de hospitales corriente. Aquí los protagonistas no son los médicos, sino los pacientes. Concretamente, una pandilla de chicos entre 10 y 17 años.

Ficha técnica:

Producción: Filmax y TV3 (autonómica catalana)
Director y Productor Ejecutivo: Pau Freixas
Idea Original y Guión: Albert Espinosa
Actores y actrices principales:
Lleó - Àlex Monner 
Jordi -  Igor Szpakowski 
Cristina - Joana Vilapuig 
Roc - Nil Cardoner 
Ignasi - Mikel Iglesias 
Toni - Marc Balaguer 

Argumento:

Jordi llega al hospital. Sabe que tiene cáncer y sabe que tienen que amputarle una pierna. Pero tendrá mucha suerte: hará amistad con Lleó, otro chico con cáncer y con la pierna amputada. Lleó se aburre mucho en el hospital, porque hace tiempo que vive allí. Así que por consejo de un paciente amigo suyo, decide formar un grupo y Jordi será el primero en apuntarse. El grupo, como todos los grupos según le cuenta ese amigo, estará formado por el líder, el colíder (que sería líder si no estuviera el líder), el guapo, el listo, el imprescindible (que sin él no habría grupo) y la chica. Su símbolo seran las pulseras rojas que les ponen cuando tienen que operarles, y de las cuales Lleó, el líder, tiene ya unas cuantas.


Poco después el grupo de los Polseres Vermelles se completará con Cristina, una chica anoréxica, Ignasi, un "matón de colegio" que ha sido ingresado por un desmayo repentino, Roc, un niño en estado de coma, y Toni, un chico que ha sufrido un accidente de moto y que es un poco "especial". 

Todos tendrán que adaptarse a vivir en el hospital, lidiar con sus dolencias y también con sus problemas personales, y sobretodo encontrar la esperanza, la superación y la amistad para vivir plenamente la vida.

Valoración:

Es una serie que una vez has visto un episodio, o decides que no te gusta o te engancha sin remedio. Esta serie ha conseguido ser líder de audiencia de su zona horaria en Catalunya con solo 6 episodios emitidos. ¿Por qué?
La respuesta a esta pregunta está relacionada con Albert Espinosa, guionista de la serie que ha trabajado también en la película Cuarta Planta (que trata un tema muy muy similar) y en la más reciente Héroes. 
Albert Espinosa vivió en su propia carne muchas de las cosas por las que pasan estos muchachos ya que como ellos tuvo que vivir un tiempo en un hospital hace tiempo. Escribió un libro, El Món groc (El mundo amarillo) acerca de sus vivencias, y de este libro está adaptando capítulos para la serie.

La gracia del asunto es que es una serie "de hospitales" que parece a ratos una película ochentera tipo Los Goonies, con ese impagable tono pandillero. Logra mostrar el drama, la dureza de las enfermedades, así como la amistad, la lucha, la esperanza, todo a la vez, dando como resultado un rotundo "canto a la vida", y lo que es más importante, sin caer en la sensiblería barata. La serie no se recrea en los momentos dramáticos, los actores no sobreactúan para intentar transmitir sus emociones, sino que las dejan salir tal cual, resultando una actuación muy natural y al mismo tiempo amable, templada, sin histrionismos de ninguna clase. Cuando las cosas van mal, se rebotan, buscan la manera de tirar adelante y tiran adelante. Aquí es donde entran las tramas secundarias: cada chico tiene su enfermedad, pero también su contexto. Las familias son muy distintas entre sí: un abuelo que hace de padre y madre, una madre coraje, una madrastra con problemas familiares y un padre ausente, una hermana preocupada, una madre sobreprotectora... También habrá otros pacientes que interactuarán con el grupo, con más problemas y más historias.


La química entre los protagonistas es muy buena. Además, la serie cuenta con un componente "sobrenatural", que podría ser considerado spoiler, pero en todo caso no importa demasiado: uno de los chicos es capaz de comunicarse ¿telepáticamente? con el niño en coma, de forma que éste también participa en la trama activamente. Además, la voz en off del niño es la que nos va relatando diversos aspectos de cada capítulo y dando el marco adecuado para entender qué ocurre. Como se trata de una serie de hospitales y no de Expedientes X, este tema se sobreentiende y ya está, no se busca una explicación y el espectador lo asume como un recurso necesario de la trama. 

Creo que además trata con bastante acierto las complejidades de cada enfermedad y tambien las de cada caracter y personalidad. Por ejemplo, la anorexia de Cristina no es un simple "no quiero comer porque estoy gorda". A Lleó no le asusta tanto morir de cáncer como otras cosas por las que tiene que pasar. Ignasi, el "matón", pese que sabes de sobra que se va a convertir en "bueno" no deja de ser quien es por arte de magia. La serie descubre qué quiere decir ser diferente, vivir con algo que te limita y te frustra contínuamente, el (relativo) terror que puede inspirar la quimioterapia (es la primera vez que veo en pantalla una sesión de quimioterapia), o también como puedes enamorarte incluso dentro de un hospital, como puedes vivir aventuras si te propones vivirlas y como en un contexto de dolor puede aflorar lo peor pero también lo mejor de cada persona.


Es, en definitiva, una serie elegante, que mima su trama con delicadeza, equilibrando el dolor y la alegría y dejando siempre un buen sabor de boca, pese a que el avance del próximo episodio siempre pronostica nuevos retos y problemas en el futuro.
Como puntos negativos, es una serie a veces algo "prefabricada", en la que se sacrifica un poco de verosimilitud para potenciar otros aspectos como la compleja relación entre los protagonistas, pero esto último creo que justifica lo primero. Por otra parte, alguna interpretación queda algo forzada en algún momento, pero los chavales despiertan tal empatía que no importa demasiado.

Críticas de los medios

El primer punto a favor de la serie es que sus capítulos duran 43 minutos. ¿Por qué se empeña la ficción española en hacer capítulos interminables de 80 o 90 minutos con más relleno que contenido que en lugar de entretener aburren? Se agradece que en el primer capítulo de la serie no haya relleno, sino que todo lo muestra o bien sirve para crear la trama o es muy útil para reflexionar y emocionarse. Es más, en los 43 minutos del primer capítulo ha contado más y me ha hecho pensar más que cualquier otra serie nacional. -- Blog FormulaTV.com

No es una serie triste; emotiva y que conmueve, sí. Detallista y tierna, también. Una serie en la que se necesitan kleenex, también. Pero es tan intensa como realista y alentadora -- Periódico Avui

Os podemos decir que Polseres vermelles apunta a ser la mejor serie de ficción que se haya rodado en España en los últimos años y es carne de los mejores premios del sector. -- Cine365.com

Por último, en la página que tiene la serie en el Facebook hay una legión de fans, muchos de los cuales se sienten identificados con los personajes de la serie porque también tienen limitaciones físicas o han pasado temporadas largas en hospitales. Estos espectadores son los primeros a comentar que esta serie les emociona profundamente y les da enormes ganas de vivir y tirar adelante.

Puntuación

9 de 10