viernes, 25 de diciembre de 2009

NAVIDAD (III)

Tradiciones navideñas


Misa del Gallo


La Misa del Gallo, celebrada la medianoche entre el día 24 y el 25 de diciembre, la propuso por primera vez en Roma el Papa Sixto III durante el siglo V dC. El nombre del “Gallo” parece que proviene del hecho que los romanos ya consideraban que el día empezaba a las 12 de la medianoche, y denominaban a esa hora "mox ut gallus cantaverit", "en seguida de cantar el gallo". De todas formas, en Internet hay varias interpretaciones del origen de esta misa y de su nombre, otra de las cuales propone que originalmente se celebraba al alba y no durante la noche. También hay la versión que desde un principio se hacían tres celebraciones, una por la noche, una al alba y otra durante el día, basándose en unas celebraciones judías de Jerusalén.

Se trata de una celebración solemne y muy tradicional.


Villancicos

También su origen es complicado, pues hay varias versiones. Ya en el siglo V dC había unos himnos navideños compuestos originalmente en latín, que contenían sobretodo temas teológicos.

Los villancicos--canciones ya más populares --aparecieron en el siglo XIII durante la Edad Media. La gente de la villa, los villanos, fueron los que adaptaron los antiguos himnos y cantos en latín con los que la Iglesia recordaba la llegada de Jesús, transformándolos en canciones muy dulces. Son esas las canciones que -en honor de sus autores- hoy se conocen con el nombre de villancicos. Además, la gente incorporó representaciones y obras a la celebración de Navidad. Los villancicos se convirtieron en una parte integral de estas representaciones. Luego de las obras, los cantantes de villancicos recorrían la calle cantando, lo que fue el comienzo de los villancicos callejeros.

Según otras versiones, los primeros villancicos se originaron, según se cree, en Inglaterra, en la época de Enrique I, los cantos eran en latín y amenizaban las fiestas de la Corte. "El Canto del Jabalí", era llamado canto del villano, y una especie de diminutivo se transformó en villancico para designar estos coros o estribillos.
Sin embargo, en otras fuentes se habla del siglo XV como inicio de los villancicos, proponiendo un origen pagano de los mismos, cristianizando sus letras después.


Árbol de Navidad

Se trata de una tradición también muy antigua. Curiosamente yo siempre había creído que formaba parte de la “Navidad no religiosa”, pero parece ser que a pesar del muy probable origen en la mitología nórdica pagana, hace mucho tiempo que es parte de la tradición cristiana.

Se cuenta que los habitantes del norte de Europa, en fechas cercanas a la Navidad cristiana, celebraban el nacimiento de Frey, dios del Sol y la fertilidad adornando una encina, que simbolizaba el Universo (Yggdrasil), en cuya copa se hallaba Asgard (el Olimpo de los Dioses Nórdicos) y el Valhalla (el palacio de Odín); y en sus raíces más profundas había Helheim (el reino de los muertos).
Se dice que en el siglo VII dC San Bonifacio, mientras evangelizaba Alemania sustituyó el árbol Yggdrasil por un pino (otras versiones dicen un abeto) también perenne, que simbolizaba el amor eterno de Dios, y lo adornó con manzanas (referentes al pecado original) y velas encendidas (cuya luz simbolizaba la venida de Jesús, que quitaba ese pecado).

A partir del siglo XVI la práctica del árbol empezó a difundirse para ambientar la fría Navidad, llegando a España en 1870 de la mano de Sofía Troubetzkoy, de origen ruso, que se casó en segundas nupcias con un noble español y adornó por primera vez un árbol de navidad en su palacio.

A lo largo de los siglos los adornos han ido cambiando de estilo y se ha añadido la tradición de dejar los regalos debajo del árbol, ya sea Papá Noel o el Niño Jesús, o el Olentzero vasco, entre otros.


El Pesebre

La palabra pesebre se deriva del latín praesepem. Su significado original era "cajón para la comida de los animales". Ya en el siglo IV había representaciones artísticas de la escena navideña del pesebre o belén.

De todas formas, el pesebre tal y como lo conocemos, con la escena del nacimiento y las figuras, y en particular el “pesebre viviente” (con personas de carne y hueso) lo inventó San Francisco de Asís en el año 1223 en una ermita de Greccio (Italia).

Allí el santo organizó una escena con personas reales dentro de un establo, con San José, la Virgen María, el Niño Jesús en el pesebre, y un buey y una mula vivos.

Los dos animales ya formaban parte de una tradición antigua, debida a la lectura de Isaías: "Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo. Israel no conoce, mi pueblo no discierne"(Is. 1,3) y también a algún evangelio apócrifo. Además, el buey es el símbolo de Lucas (el evangelista que más habla del nacimiento de Jesús), mientras que el asno es símbolo de humildad.


En el siglo XV el pesebre se difundió ampliamente y el rey Carlos III se ocupó de que llegara a España. Con las modas renacentista y barroca, la decoración del belén se volvió un arte.

El pesebre puede ser actualmente de muchas y variadas formas: tradicional, moderno (con materiales poco comunes como el metal), etcétera. Puede ser un belén estricto, con la cueva/casa/establo/cueva y los personajes principales, o con añadidos como los pastores, los ángeles, los reyes y demás figuras.

Además existen algunas tradiciones locales curiosas, como la figura del “caganer” catalán (el “cagón”): es un personaje vestido con los ropajes tradicionales catalanes (barretina incluida) que se coloca en un sitio discreto y escondido del pesebre y hace ahí sus necesidades.
Al parecer la tradición del “caganer” (que se remonta al siglo XVIII más o menos) alude a la fertilización de la tierra, pidiendo buenas cosechas para el año próximo. Actualmente el “caganer” adopta la imagen de personajes famosos (el caganer del presidente del gobierno, el caganer de tal futbolista, etc…).


Santos Inocentes (28 de diciembre)

Se trata de una celebración un tanto especial que hace memoria del pasaje de los Evangelios donde menciona como el rey Herodes, burlado por los Reyes Magos, intenta matar a Jesús ajusticiando a todos los niños pequeños de Belén.

No se sabe a ciencia cierta si es un detalle histórico o no, puesto que el historiador judío (y bastante imparcial) Flavio Josefo no comenta nada al respecto y solamente se sabe de esa matanza por los Evangelios, específicamente el de Mateo. También cabe destacar que el Evangelio de Mateo estaba destinado a judíos conversos (mientras que el de Lucas, por ejemplo, a paganos conversos). Es un detalle a tener en cuenta porque la matanza de Herodes guarda una relación muy interesante con la matanza de niños del Faraón de la tradición bíblica judía, de la cual se salva Moisés. Jesús, como el nuevo Moisés, es tratado también como superviviente de una matanza.

A favor de la historicidad del pasaje, se cuenta que Belén era un pueblo de escasos habitantes, por lo que la “matanza” podría haberse producido sin causar mucho ruido y por lo tanto no haber sido reseñada por Flavio.

Histórico o no, el recuerdo de ese pasaje se “celebra” el 28 de diciembre, con un día en el cual están permitidas las bromas de toda índole. Se trata de una celebración similar al April’s fool day, el día de los inocentes anglosajón (1 de abril), que no tiene nada que ver con la religión.En algunos sitios, como en Cataluña, es tradición colgar la “llufa”, un muñeco de papel, a la espalda de las personas, para hacer reír a los niños.

Litúrgicamente la Iglesia celebra los Santos Inocentes como los primeros mártires del cristianismo, ya desde el siglo V dC.


CONTINUARÁ...


P.D. Aquí va el villancico más universal, con sus propias leyendas a cuestas que no he tenido tiempo de explicar:




Aquí dejo la letra:

NOCHE DE PAZ

Noche de paz, noche de amor,
Todo duerme en derredor.
Entre los astros que esparcen su luz
Bella anunciando al niño Jesús
Brilla la estrella de paz
Brilla la estrella de paz.
Noche de paz, noche de amor
Todo duerme en derredor
Sólo velan en la oscuridad
Los pastores que en el campo están;
Y la estrella de Belén
Y la estrella de Belén
Noche de paz, noche de amor;
Todo duerme en derredor;
sobre el Santo Niño Jesús
Una estrella esparce su luz,
Brilla sobre el Rey,
Brilla sobre el Rey.
Noche de paz, noche de amor
Todo duerme en derredor
Fieles velando allí en Belén
Los pastores, la Madre también
Y la estrella de paz,
y la estrella de paz.

NAVIDAD (II)

La Navidad (ampliación)


Los primeros cristianos no celebraban la Navidad, como ya comenté ayer en la primera parte del tema. Sabían mucho sobre los años de predicación de Jesús, así como de su muerte y solamente tenían presente el tema de la resurrección, pero sabían poco de su nacimiento o sus primeros años y no le prestaban atención. Además, por lo que he leído, los judíos no celebraban los cumpleaños, y no está de más recordar que los primeros cristianos, como Jesús mismo, eran judíos. Por todo esto, hay escasas referencias a los primeros años de Jesús en los Evangelios.

Sin embargo, hacia el siglo II dC la gente empezó a preguntarse más cosas sobre el nacimiento de Jesús, e incluso se elaboraron historias más o menos fantasiosas, contenidas en algunos de los evangelios apócrifos de esas fechas, que hablaban del niño Jesús y sus “milagros” ya de pequeño, un poco en plan “Superboy” podríamos decir. Uno de los evangelios apócrifos que los menciona es el Protoevangelio de Santiago.

En el siglo III aparecieron los primeros datos de la celebración de la Navidad en una festividad concreta, que como ya he dicho, se oficializó con San Juan Crisóstomo. En oriente se celebraba el 6 de enero la festividad de la Epifanía (“manifestación”) , que hacía referencia al bautismo de Jesús y también a la adoración de los Magos al niño, además de otras manifestaciones divinas de Jesús, pero no había un “día del nacimiento”.



Sobre las fechas, hay la problemática añadida del error del monje Dionisio, que empezó la terminología del Anno Domini (o Año del Señor), pero calculó mal los años del reinado de Herodes y por lo tanto Jesús no nació hace 2009 o casi 2010 años, sino casi 2016.


Acerca del mes de diciembre y el día 25, la hipótesis bastante extendida de la sustitución del dies Natalis Solis invicti romano por la Navidad (el día del nacimiento del Sol invicto, celebrado el 25 de diciembre y haciendo el paralelismo Sol=Jesús) también tiene algún inconveniente: los cristianos acababan de sufrir persecución por los romanos, así que parece poco probable que adoptaran fiestas paganas.


Existe una segunda hipótesis para la fecha del 25 de diciembre: Hay un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios en el que se afirma que “nuestro Señor fue concebido el 8 de las calendas de Abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día que murió” Si la concepción fuese el mismo día que su pasión (25 de marzo), sumando nueve meses daría el 25 de diciembre como fecha de nacimiento. Curiosamente, en la tradición oriental ocurre algo parecido entre el 6 de abril según su calendario (pasión y muerte) y el 6 de enero (Navidad ortodoxa). La relación entre pasión y encarnación es una idea que está en consonancia con la mentalidad antigua y medieval, que admiraba la perfección del universo como un todo, donde las grandes intervenciones de Dios estaban vinculadas entre sí. Se trata de una concepción que también encuentra sus raíces en el judaísmo, donde creación y salvación se relacionaban con el mes de Nisán. De todas formas, esta versión también presenta otro problema, que ya mencioné ayer: la dificultad de un nacimiento en invierno y la poca probabilidad de la existencia de pastores durmiendo al raso (argumento que esgrimen también los Testigos de Jehová para no celebrar la Navidad, que no consideran que sea una fiesta cristiana).


En el siglo IV la Navidad se extendió por toda la cristiandad y en el siglo V ya fue casi universal. Durante la Edad Media se desarrollaron muchas de las tradiciones navideñas que aún se siguen manteniendo a día de hoy.



Hacia el siglo XVII, con la llegada de la Reforma Protestante y principalmente su sector puritano, se prohibió la Navidad junto con la mayor parte de fiestas cristianas en muchas iglesias protestantes, que solamente aceptaban como cristiana la fiesta de Pascua. En algunos países la Restauración del 1660 consiguió devolver la festividad, aunque de forma poco convincente. En muchos lugares de Inglaterra y Estados Unidos no fue hasta el siglo XIX que poco a poco la fiesta de la Navidad fue resurgiendo de las cenizas. Uno de los detonantes, sobretodo en Inglaterra, fue el libro Cuento de Navidad, de Charles Dickens.


Actualmente la Navidad religiosa se ha mezclado con la Navidad "cultural" de buenas maneras, pacifismo y promoción del ambiente familiar y alegre, y también con la Navidad más comercial, agresiva y fría, culpable del odio hacia estas fiestas que sienten muchas personas, en el más puro estilo Ebenezer Scrooge.


CONTINUARÁ...


P.D. Aquí viene otro villancico, cantado por unos ángeles muy pequeños XD (está sacado del youtube, no es mío):




La letra de la canción:

(No la traduciré, porque es algo larga, pero para los no catalano-parlantes explico que el "rabadà" es el típico pastorcillo travieso, y la canción es el intento de sus compañeros para conseguir que venga con ellos a adorar a Jesús. En cada estrofa intentan convencerlo pero él se niega (la frase que el niño canta solo) porque es un vago que busca mil excusas, hasta que al final acaba cediendo y van todos a adorar al Niño Jesús).

EL RABADÀ

-A Betlem me'n vull anar (2)
vols venir tu, rabadà? (2)
-Vull esmorzar!

-A Betlem esmorzarem (2)
i a Jesús arribarem (2)
-I amb neu hi anirem?

-Per la neu, que pel camí hi ha (2)
la calor ja la fondrà (2)
-Oh, i la que fa!

-Apa, aixeca't, encén el foc (2)
i no anem massa a poc a poc (2)
-Massa que em moc!

-Tu les teies portaràs (2)
i el camí il·luminaràs (2)
-No ho faré pas!

-Que no saps que aquesta nit (2)
ha nascut Déu infinit (2)
-Qui t'ho ha dit?

Doncs un angel que, volant, (2)
ens ho anava anunciant (2)
No serà tant

La samarra portaràs (2)
i de neules l'ompliràs (2)
Jo no vull pas

Mai no acabes les raons! (2)
Doncs, me l'omples torrons. (2)
No són pas bons

En miquel, el teu cosí (2)
portarà un porró de vi. (2)
N'hi haurà per mi?

Cantaràs una cançó (2)
davant Déu fet infantó. (2)
Tot sol? no, no

Quins vailets, més espantats! (2)
Cantarem tots dos plegats (2)
L'orgue dels gats!

Doncs avant i no badem, (2)
que ja és hora que marxem. (2)
Cap a Betlem!

jueves, 24 de diciembre de 2009

NAVIDAD (I)

¡Feliz Navidad a tod@s!

Coincidiendo con las fiestas he redecorado un poco el blog, que ya le venía bien un cambio.

Con la llegada de una de las festividades más importantes del año he pensado que sería interesante hablar de la Navidad en todas sus facetas, fiestas y tradiciones, así como del origen de cada una de ellas.

La Navidad

La festividad de la Navidad es una de las celebraciones más importantes del Cristianismo, junto con Pascua (la más importante), Pentecostés y algunas más.

Navidad, del latín nativitas, significa “nacimiento”, mientras que el vocablo utilizado en inglés, Christmas, significa “misa de Cristo” (Christ mass).
Se celebra el 25 de diciembre (para los cristianos católicos, anglicanos y protestantes) o el 7 de enero (cristianos ortodoxos).

El motivo es el nacimiento de Jesús de Nazaret, tradicionalmente en el pueblo de Belén, situado a pocos quilómetros de Jerusalén. El nacimiento de Jesús aparece en el Evangelio de Mateo (que centra su atención en los Reyes Magos y en la huida a Egipto) y sobretodo en el Evangelio de Lucas, donde la narración es más extensa.


La fiesta de Navidad no es de las más antiguas. De hecho la Epifanía (la venida de los Reyes Magos) es más antigua que la Navidad.
Su reconocimiento oficial en las fechas actuales proviene de San Juan Crisóstomo en el año 386 dC, aunque ya se celebraba desde hacía un tiempo de forma popular.
Históricamente es muy dudoso que Jesús naciera en diciembre, puesto que lo más normal sería en primavera, además del hecho que en los evangelios no se menciona la época del año pero sí a unos pastores que duermen a la intemperie, cosa poco probable en medio del invierno. Sin embargo, en primavera se celebra Pascua, así que para no coincidir probablemente se varió la fecha más lógica.
Siguiendo la tradición de la Iglesia antigua de no reprimir las fiestas paganas sino absorberlas, para la Navidad adoptaron el 25 de diciembre por ser la festividad del solsticio de invierno. Además, teológicamente se puede hacer una comparativa entre la adoración al Sol de las culturas anteriores al cristianismo con la adoración al Hijo de Dios. En el primer caso, el Sol era adorado porque daba la vida, sin Sol las cosechas morían y la gente también. En el segundo caso, la teología vendría a decir que el Hijo de Dios da la vida de forma espiritual, llena de vida y paz a las personas, no de forma material sino en su interior, y sin Dios las personas mueren (por dentro).


El relato de los Evangelios habla de la Anunciación a María, el censo romano y su consecuencia: el viaje de José y María desde Nazaret (Galilea) a Belén (Judea, cerca de Jerusalén); el nacimiento de Jesús en un pesebre (aparentemente el pesebre de un establo de una hostería debido a los problemas para encontrar alojamiento, aunque no se menciona el lugar exacto); la anunciación a unos pastores que dormían a la intemperie y su adoración posterior; y finalmente la llegada de los Reyes Magos (mencionada solamente en el Evangelio de Mateo).

A partir de aquí, la costumbre popular, junto con detalles mencionados en los evangelios apócrifos y la aportación de otro tipo de tradiciones paralelas ha ido construyendo la Navidad actual, muy dañada por el exceso de consumo y comercio.

CONTINUARÁ…

P.D. Aquí un villancico para celebrar la Navidad, y, otra vez... ¡¡FELIZ NAVIDAD A TODO EL MUNDO!!




La letra, por si la queréis cantar:

EMMANUEL

Oh come oh come Emmanuel
And ransome captive Israel
Who mourns in lonely exile here...
Until the face of God appears
Rejoice Rejoice Emmanuel
Will come to thee, oh Israel...

Oh come thou day spring, come and cheer..
Thy spirits by thine advent here
And drive away the shades of night
And pierce the clouds and bring us light
Rejoice, rejoice Emmanuel
Will come to thee, oh Israel...

domingo, 13 de diciembre de 2009

Pequeñas delicias para los oídos

Hoy una entrada corta, que ya toca. Para escuchar y dejar que la imaginación coja las riendas.

Se trata de un mix de varios temas del videojuego Dreamfall, que ya analicé hace tiempo, tocados por la propia orquesta en un festival.



viernes, 4 de diciembre de 2009

La Biblia es un libro de fantasía (II)

Retomo el tema que empecé hace unos meses, sobre la idea habitual que se tiene de la Biblia y en general de la fe.
Una cosa que habitualmente veo en la sociedad que me rodea es la gran ignorancia que existe sobre temas religiosos (en términos generales, siempre hay excepciones). Independientemente del ser o no ser creyente la religión es un tema importante y muy a tener en cuenta en cualquier grupo humano, pero parece ser que a muchísima gente no le interesa lo más mínimo.
Por poner un ejemplo del mismo Internet, he visitado foros y blogs culturales y de toda índole, en su mayoría serios, que hablan muy bien de temas científicos, sociales, históricos, etcétera. Pero cuando tocan temas religiosos enseguida advierto un descenso vertiginoso en el nivel de profundidad y rigor científico o divulgativo. Lo que no deja de inquietarme, porque ignoro si esta misma superficialidad también se utiliza en otros temas que no domino demasiado y de los que quiero formarme mínimamente.

Normalmente cuando alguien quiere entrar a discutir cosas de religión puede entrar de distintas formas, dependiendo de una tipología personal concreta (pondremos el caso particular del cristianismo católico para simplificarlo):

No creyentes

Pueden ser:

- Ateos bien formados que después de una reflexión más o menos seria sobre el tema han llegado a la conclusión que Dios no existe, y quieren exponer sus razones al respecto.

- Antireligiosos, que opinan que la religión es una mentira, un engaño, el opio del pueblo que decía Marx, y que además quieren demostrar de múltiples formas la terrible maldad de las instituciones religiosas. Entre estos muchas veces hay partidarios de libros pseudohistóricos sobre el tema de las conspiraciones de la Iglesia.

- Antiguos cristianos que cuando superaron la etapa “primera comunión” y llegaron a la adolescencia abandonaron todo tipo de religiosidad, porque se trataba de cosas anticuadas y poco creíbles.

- Antieclesiales, personas que reniegan de la Iglesia por diversos motivos, muchas veces relacionados con malas o traumáticas experiencias en colegios religiosos en su juventud, entre otros posibles desengaños. Algunos están a favor de la religión cristiana y en contra de la Iglesia (jerárquica, se entiende), mientras que otros odian todo lo que parezca remitir a temas religiosos.

- Personas que se han interesado por otros tipos de espiritualidad, sobretodo oriental, que encuentran más harmoniosa y menos rígida y dogmática. A veces se mezclan conceptos de otras filosofías, como la New Age.

- Agnósticos que creen en algo más trascendente sin poder explicarlo (ni pretenderlo).


Creyentes

Pueden ser:

- Cristianos de tendencia conservadora, a menudo por tradición familiar, muchas veces con educación religiosa en colegios privados, moralistas, tradicionalistas en lo que a prácticas religiosas se refiere. Acostumbran a seguir de cerca la religiosidad vaticana oficial, gustan de celebraciones piadosas populares y devociones variadas. Sin olvidar su humanidad, magnifican y alaban la divinidad de Jesús. Para ellos la Iglesia somos todos, y la jerarquía supone un acercamiento, un puente, hacia Dios.

- Cristianos de tendencia progresista, en desacuerdo muchas veces con la línea oficial de pensamiento o acción de la jerarquía eclesiástica. Normalmente preocupados por temas sociales, en especial la pobreza. Activistas en muchos grupos, ONG’s y centros sociales. Poco moralistas y más prácticos, gustan de celebraciones “modernas”, sin una liturgia rigurosa, con música y danzas incluso. Acostumbran a presentar una mayor tendencia hacia el ecumenismo (relación e intercambio entre religiones) y buscan la divinidad de Jesús en su gran humanidad. Para ellos la Iglesia somos todos, y todos al mismo nivel.

- Cristianos poco comprometidos, los del “creo pero no practico”, cercanos al agnosticismo.

- Cristianos piadosos y humildes, normalmente de nivel socioeconómico medio-bajo, con religiosidad popular a menudo heredada de la familia y el entorno, activos y comprometidos, poco dados a profundizar en los aspectos teológicos, por lo cual suelen rechazar posturas demasiado “liberales” dentro de la religión.


A grandes rasgos, éstos serían unos “prototipos”, que pueden estar mezclados formando multitud de nuevas tipologías de gente, y que como en todas las clasificaciones su parecido con la realidad tiene sus límites. Incluso así, sí que dan una idea de la variedad de gente que puede haber y de las formas de pensamiento y creencia espiritual existentes en nuestra sociedad cercana. Todos tienen sus pros y sus contras, sus razones verdaderas y sus "patinazos", porque así somos los seres humanos.

Así pues, me repatea bastante que en la mayoría de discusiones religiosas se simplifique todo a un “Iglesia sí, Iglesia no”, a un “conservadurismo vs progresismo eclesial” o un “el Papa o los obispos dicen eso, yo digo lo otro”, o un “la Biblia es buena vs la Biblia es un libro de mentiras y/o maldades”.
Por poner un ejemplo práctico, ¿cuántas veces no se han debatido cosas tan serias como la importancia de la fe o la existencia de Dios en base a cuestiones y argumentos tan simples y absurdos como la existencia de Adán y Eva, o el hecho de si es posible o no que Jesús curara a un leproso? (En lugar de preguntarse qué pinta en la Biblia una historia como la de Adán y Eva, su por qué, o profundizar sobre las razones de esa curación, y lo que quiere mostrar Jesús a la gente con ella, es decir, su significado).
Nada de todo esto es prueba de nada. Muchos tertulianos en sus sesudos debates utilizan la Biblia a su antojo, sacando textos fuera de contexto por doquier, ya sea para demostrar algo “a favor” o “en contra” de la fe, la Iglesia o la existencia de Dios. Porque el problema también es que en esos debates hay gente religiosa que se mueve con patrones “de primera comunión”, que no ha madurado su fe, e intenta hacer frente con una débil espada de madera a los inmensamente torpes cañones de los antireligiosos, que también usan esos mismos patrones infantiles “de primera comunión” en sentido contrario para negar lo que los otros afirman.

Desgraciadamente a menudo ni unos ni otros saben utilizar argumentos profundos y serios para hablar de religión.


Si los primeros tuvieran el valor de formarse, romper esquemas y madurar su fe infantil, y los segundos tuvieran también el valor de formarse y no quedarse en sus ideas preconcebidas y su prepotencia también infantil, quizá descubrirían que los dos “bandos” tienen muchas más posturas en común de lo que imaginan, que ni la religión es algo tan “elevado, santo e intocable” (sino más bien humilde, sencilla y cercana), ni tampoco algo tan “malvado, engañoso y portador de falsedades” (sino más bien una forma interesante de comprender la existencia humana, o más que eso incluso).


Finalizando, y volviendo otra vez al “instrumento de batalla”, simplemente cabe reiterar que la Biblia, pese a ser un libro (o conjunto de ellos) de lo más interesante y de lectura más que recomendada, es un libro muy complejo, que no gusta de lecturas simples y superficiales. Su tiempo de escritura es de una amplitud enorme, los contextos sociales de sus autores son muy cambiantes, los géneros literarios utilizados son de una extensa diversidad, su contenido es una teología que se reinterpreta continuamente página a página. Es un compendio de experiencias y sensaciones, de pensamientos y revelaciones interiores de muchas generaciones de personas que vivieron en un tiempo determinado y alcanzaron una proximidad con algo “más allá de sí mismos” a lo que llamaron Jahvé, Dios. A Dios nadie lo ha visto nunca, viene bien recordarlo de vez en cuando, lo que no significa que exista ni que no exista.

Básicamente, el tema de la fe va por otros caminos menos transitados.

Vendría bien un poco de “profesionalidad” para hablar de estos temas, de la misma forma que esa “profesionalidad” es valorada y reclamada en otros aspectos de la sociedad, como la política, la ciencia, el periodismo…

Quizá la gente se entendería mejor.