¿Quién lleva los regalos?
En esta última parte del Especial Navideño comentaré algunas cosas de los distintos personajes cuyo denominador común es la entrega de regalos durante estas fiestas a los niños. No estarán todos porque sería muy largo, me centraré en los más habituales por la zona donde vivo, pero hay otras webs que hablan largo y tendido sobre el tema, una de ellas el blog de Estelwen, La Luz de Valinor.
Empecemos:
Papá Noel
Hay una serie de tradiciones navideñas ligeramente distintas que se entremezclan bajo el personaje de Papá Noel. Son varios los nombres con el que se conocen sus distintas “personalidades”: Papá Navidad (Father Christmas, Père Noël, Babbo Natale, y en España debería ser Papá Navidad pero se castellanizó el francés Noël, así que se quedó Papá Noel), Santa Claus, San Nicolás, Viejito Pascuero, Colacho, Padre hielo, Joulupukki…
Nicolás de Bari:
El origen principal del personaje debe buscarse en San Nicolás de Bari (o de Mira, según la tradición oriental), un obispo nacido en Patara, Licia (en la actual Turquía) el año 280 dC. Tras perder a sus padres por la peste se dice que vendió sus pertenencias a las familias devastadas por la enfermedad y se fue a vivir a Mira con su tío y allí se ordenó sacerdote y más adelante llegaría a ser obispo. Murió en Mira, pero sus restos se trasladaron y descansan en Bari (Italia), debido a la invasión musulmana de Turquía.
Hay un par de leyendas o historias acerca del obispo que darían pie al origen del personaje que reparte regalos, aunque además, San Nicolás de Bari también es el patrono de los marineros, puesto que calmó una tempestad después que estos orasen al santo. Volviendo a Nicolás y los regalos a los niños, una de las historias habla de un milagro que hizo al resucitar tres niños que acababan de ser asesinados, con lo cual se relaciona al santo con los niños. Otra, mucho más clara y directa, habla como el santo ayudó a un padre que tenía tres hijas en edad de matrimonio pero no podía casarlas por no tener la dote suficiente. El santo, en secreto, entró por la ventana de la casa y rellenó de oro los calcetines de las muchachas, colgados en la chimenea para secarse.
San Nicolás en Holanda:
En los Países Bajos la fiesta de San Nicolás, a partir del santo obispo de Bari, se celebra el 5 de diciembre (en Holanda, en Bélgica el 6, día de la muerte del santo), remontándose la celebración al siglo XIII.
La tradición, mezclada con el mito del dios nórdico Odín y su caballo de ocho patas volador dice que San Nicolás también monta un caballo blanco sobre los tejados de las casas, llevando sus símbolos episcopales: una capa roja, una mitra y un cayado dorado. Recordemos que ya se tenía la concepción del anciano de sotana en rojo pues San Nicolás fue obispo y cuando salió de prisión en tiempos de Constantino, tenía una larga barba blanca.
El hecho de repartir regalos se relaciona también con una costumbre precristiana de “regalos de otoño” como manzanas y frutos secos, símbolos de fertilidad de la tierra. Esta costumbre se fundiría con la festividad de San Nicolás.
A partir del siglo XV en las iglesias se ponía un zapato durante el 5 de diciembre, que se rellenaba de dinero con las ofrendas de los parroquianos ricos, y el dinero recogido se repartía entre los pobres al día siguiente. Un siglo más tarde, con la popularización de la fiesta a nivel familiar, los zapatos se colocaron en las casas junto a la chimenea como fuente de regalos. San Nicolás llegaba con su fiel ayudante Pedrito el Negro que ponía los regalos (dulces y juguetes) en los zapatos. Pedrito el Negro, en su origen, era quizá un criado moro del santo, quizá un esclavo liberado, quizá un deshollinador italiano (Bari está en Italia), quizá un demonio al que el santo había obligado a hacer buenas obras… la mitología aquí es muy variada.
Actualmente aún se conserva esta tradición del zapato, San Nicolás y Pedrito el Negro, aunque ahora son varios “Pedritos” los que acompañan al santo, por lo general traviesos.
Según la tradición, San Nicolás no viene de Asia Menor, sino de España. Esto tiene su historia: el obispo San Nicolás nació en el Imperio bizantino, en la actual Turquía. Más tarde se convirtió en obispo de Mira, y como tal tomó parte en el Concilio de Nicea. Murió el 6 de diciembre de 342. Tras la caída bajo dominio musulmán de la región, los restos mortales del santo fueron trasladados en 1087 a Bari (en la actual Italia). Bari formaría más adelante parte del Reino de Nápoles, que fue conquistado en 1442 por Alfonso V de Aragón. La ciudad pasó a pertenecer por tanto a Aragón y después a España, hasta el siglo XVIII. Del hecho de que los restos de San Nicolás se encontraran en Bari (por entonces ciudad española), surge la tradición según la cual San Nicolás viene de España. San Nicolás es además conocido en España como patrón de los marineros. Por eso llega a los Países Bajos siempre en un barco de vapor.
Actualmente San Nicolás compite en los Países Bajos con la deformación de sí mismo Santa Claus.
Nikolas finlandés:
En Finlandia, hay otro Nicolás distinto que también podría influir en el personaje, si bien solamente he encontrado una fuente para esta historia. Nikolas era un niño que quedó huérfano y las familias de su pueblo se turnaron para acogerlo durante un tiempo cada una. En agradecimiento, el niño tallaba juguetes de madera que repartía entre esas familias. Ya de adulto continuó su labor, fabricando juguetes y repartiéndolos, hasta su muerte una vez ya anciano. En su memoria, los lugareños perpetuaron su costumbre.
Joulupukki finlandés:
En la misma región existe el mito del Joulupukki (“cabra de Navidad”), puesto que la imagen tradicional para la Navidad en los países escandinavos es la cabra.
En su origen llamado Nuuttipukki, se trataba de un ser maligno vestido con pieles de animales y con una máscara con cornamenta, que asaltaba las casas por Navidad asustando a la gente y robando comida. Precisamente los festejos paganos escandinavos se hacían para intentar ahuyentar a los malos espíritus, lo que ayudó a crear el espíritu malvado de la “Cabra de Navidad”. Joulupukki, su versión bondadosa, se ha fusionado un poco con el Santa Claus o Papá Noel estadounidense actual, tomando su aspecto.
De todas formas, siguiendo una tradición que se remonta a principios del siglo XIX en Finlandia el Joulupukki no entra por la chimenea, sino por la puerta principal (el padre o un vecino disfrazado), y grita: “Onkos täällä kilttejä lapsia?” (¿hay aquí niños que hayan sido buenos?), con lo cual los hijos de la familia (disfrazados de duendes) gritan que sí a pleno pulmón y luego hay la distribución de regalos. Además, a diferencia del Santa Claus tradicional, el Joulupukki lleva bastón y no vive en el Polo Norte, ya que a partir de un exitoso programa de radio de la región, emitido entre 1927 y 1956, se “descubrió” que el personaje vive en Korvatunturi (Monte Oreja), en la frontera con Rusia, desde donde puede escuchar las peticiones de los niños de todas partes, y tiene los talleres en la ciudad de Rovaniemi.
El Joulupukki vive con su esposa, Joulumuori (Señora Navidad), y viaja a bordo de un trineo volador comandado por nueve renos mágicos, con Rudolph como líder con la nariz brillante, esto último debido a la fusión con la tradición yanqui.
Sin embargo hay una referencia muy antigua que podría influir en la historia del Santa Claus moderno, el Polo Norte y los renos mágicos. Se dice que la leyenda del Joulupukki tiene sus orígenes más remotos en los aborígenes Sami de la Laponia finlandesa, la población indígena más antigua de Europa. Los renos nórdicos comían una seta de color rojo y blanco, que también crece en España, llamada Amanita muscaria. Esta seta es venenosa y tiene propiedades alucinógenas. Al parecer, el trato digestivo de los renos filtraba la toxina y la liberaba en la orina, que era usada por los chamanes de la tribu para sus trances, que se traducían en experiencias espirituales y visiones de "estar volando". Volvían más tarde a sus cuerpos a través de la chimenea de sus tiendas o chozas. Se cree por ello, que los colores rojo y blanco del atuendo de Joulupukki están inspirados en estas visiones producidas por la seta y que, también, por sus efectos en los chamanes se creó la leyenda de los renos voladores.
El paso de las tradiciones antiguas al personaje moderno:
El año 1624 llegaron los colonos holandeses a América fundando Nueva Amsterdam (Nueva York actual), y con ellos la tradición del Sint-Nicolaas (nombre neerlandés de San Nicolás, y popularmente Sinterklaas). En 1809 el escritor Washington Irving, escribió una sátira,Historia de Nueva York, en la que deformó al santo holandés, Sinterklaas>, en la burda pronunciación angloparlante Santa Claus. Más tarde el poeta Clement Clarke Moore, en 1823, publicó un poema llamado A Visit From St. Nicholas donde dio cuerpo al actual mito de Santa Claus, basándose en el personaje de Irving y en la tradición holandesa de San Nicolás.
En ese poema se hace mención de una versión de Santa Claus, enano y delgado, como un duende; pero que regala juguetes a los niños en víspera de Navidad y que se transporta en un trineo tirado por ocho renos mágicos. El noveno reno sería añadido a raíz del popular cuento Christmas story de Robert L. May (1938).
Posteriormente, hacia 1863, adquirió la actual fisonomía de gordo barbudo bonachón con la que más se le conoce. Esto fue gracias al dibujante alemán Thomas Nast, quien diseñó este personaje para sus tiras navideñas en Harper's Weekly de forma paródica.
Posteriormente, a mediados del siglo XIX, el Santa Claus estadounidense pasó a Inglaterra y de allí a Francia, donde se fundió con Bonhomme Noël, el origen de nuestro Papá Noel, quien tenía parecido físico con Santa Claus, pero vestía de blanco con vivos dorados. Igualmente a fines del siglo XIX, a partir de un anuncio estadounidense de la Lomen Company, se crearía la tradición de que Papá Noel procedería del Polo Norte; y se popularizarían completamente los renos navideños como medio de trasporte de Santa Claus.
Luego, a comienzos del siglo XX en 1902, el libro infantil The Life and Adventures of Santa Claus de L. Frank Baum, se origina la historia de cómo Claus se ganó la inmortalidad, al igual que su título de santo.
Igualmente, ya en el siglo XX, la empresa Coca-Cola encargó al pintor Habdon Sundblom que remodelara la figura de Santa Claus/Papá Noel para hacerlo más humano y creíble. Esta versión data de 1931. En este punto, sin embargo hay que aclarar que es solo una leyenda urbana la creencia de que el color rojo y blanco de Santa Claus tenga su origen en los anuncios que la marca Coca-Cola empezó a hacer a partir de 1931, aunque sí es cierto que contribuyeron a la popularización de estos colores y del mito mismo. Hay muchas ilustraciones y descripciones casi fidedignas anteriores al anuncio como la de Thomas Nast (1869) o St. Nicholas Magazine (1926), entre otras; eso sin considerar además las antiguas representaciones religiosas del obispo San Nicolás de Bari, en las que es común el color rojo y blanco de la vestimenta religiosa, si bien es cierto que desde mediados de 1800 hasta principios de 1900 no hubo una asignación concreta al color de Santa Claus, siendo el verde uno de los más usados.
CONTINUARÁ...
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