Christian Jacq
Argumento:
Egipto, año 1350 a. J.C. Akhesa, hija de los legendarios Akenatón y Nefertiti, se convierte en centro del enfrentamiento entre su esposo Tutankamón, joven e irresponsable, y Horemheb, general de una ambición sin límites. Jerarcas prepotentes, funcionarios venales, complots militares, pueblos hambrientos, espionaje y demagogia forman el entramado de esta inolvidable novela que recrea una civilización fascinante.
Opinión:
No estoy demasiado acostumbrado a leer novela histórica (excepto los Pilares de la Tierra y Rescate en el Tiempo (si se puede considerar histórica)) es prácticamente todo lo que he leído de este género. Así que me dio el gusanillo por probar.
Me interesaba leer algo de Egipto, una civilización fascinante (aunque sea un tópico del tamaño de la Gran Pirámide). Además, la época remota y la reputación del autor como buen egiptólogo me atraían. ¿Cómo era la vida entonces? ¿En un tiempo tan lejano?
La novela me ha gustado. Algo pesada y lenta en algunas partes (las conspiraciones se hacían algo repetitivas), pero hay dos cosas que tiran de ella hasta el final. Una es la sensación de estar allí, la ambientación conseguida del Egipto faraónico y sus problemas y maravillas, desde la realeza hasta los jornaleros más pobres, con las magníficas puestas de sol en el Nilo y el sentir el embrujo del Valle de los Reyes.
La otra es Akhesa, la protagonista, con un caracter, una determinación y un espíritu de lucha incansable para hacer de su país el mejor país del mundo, al mismo tiempo que intenta seguir con la fe en el dios Atón propuesto por su padre (el faraón hereje). Una chica joven y sola que se enfrenta a toda la maraña de conspiraciones egipcias y lidia con los conflictos de los países extranjeros, logrando poner contra las cuerdas a todo el que se le pone delante (Tutankamon es un bobo enamorado, buena persona pero totalmente incapaz de llevar un reino, que de hecho aceptó solamente porque Akhesa sería reina).
El final era bastante previsible pero no por ello no deja de ser un buen final y muy digno para la protagonista, que demuestra ser en todo momento una gran reina.
Lo mejor de todo es que la mayor parte de los personajes (y muchos de los sucesos ocurridos en la novela) son reales, y que el mismo autor se dedica a explicarte qué es inventado y qué no al final de la novela, con las suposiciones pertinentes. Un gran acierto por su parte.
En fin, algo pesada de leer pero con buen gusto de boca al final.
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